ÉTICA EMPRESARIAL. ¿Cómo
se construye?
POR: RAFAEL GARCIA
Tanto en el
mundo empresarial como en la sociedad actual se trata mucho el tema de
la ética empresarial, partiendo de argumentos fundados en problemas globales como:
el calentamiento del planeta, el racismo, la contaminación, la extinción de especies animales y bosques entre muchos
otros. Pero vamos a reflexionar sobre el tema partiendo de la esencia misma de la
definición de ética. La ética se relaciona con las creencias, actitudes o ideas
que configuran el modo de ser de la persona, o la personalidad cultural de un
grupo de ellas; en términos más formales, se refiere al estudio la conducta
humana y sus implicaciones morales. De la anterior definición, se desprende
otro término llamado moral; aunque en un tiempo se utilizaron indistintamente
hoy es posible diferenciarlos con bases en argumentaciones filosóficas. La
moral es la forma normativa con la cual se construye la sociedad; por lo tanto,
se llama así al conjunto de normas, códigos y principios que rigen la conducta
humana en función de valores establecidos.
Los términos ética y moral tiene significados
etimológico semejantes aunque sus
procedencias son distintas; en el primer caso, su origen es griego y el segundo
es latín; en su uso común se emplean de forma indistinta aunque la filosofía
contemporánea a partir de los trabajo de Kant y Hegel han establecido
diferencias en sus definiciones. La ética es una rama de la filosofía que
permite el análisis del lenguaje moral, refiere a la afirmación de la
conciencia individual, autónoma y auténtica de las personas; a partir de sus
teorías se permite la revisión crítica de la validez de los enunciados morales,
es por ello, que se reitera que la moral es su objeto de estudio. Por otro lado,
la moral se relaciona con las normas que recibimos a través de la formación y
educación; vienen del exterior principalmente la familia y la escuela; es decir,
la sociedad. Sin entrar en discusión de cuál es el término más importante, la
intensión en estos momentos es reafirmar la necesidad de consolidarlos como la
base para el crecimiento social de las personas; ya que a partir de éstos, se
logra la transformación de las creencias individuales y de la sociedad.
Es mediante el aprendizaje social que se alcanza la
formación ética y moral de los ciudadanos, con lo cual, se generan comportamientos éticos y socialmente
aceptables; siempre que dichos comportamientos sean consistentes con las creencias,
compromiso social y las responsabilidades individuales. El desenlace de este
proceso genera lo que denominamos ética profesional; en la cual confluyen
conocimientos y virtudes que empoderan a las personas para formar parte de una
institución u organización pública o privada; si los mismos, son consistentes
con la cultura empresarial la persona tendrá mayor bienestar y equilibrio
emocional. A partir del encuentro en que confluyen un comportamiento individual
y la cultura empresarial bajo el marco de estamentos éticos y morales
compartidos estaremos ante la presencia de mejores organizaciones de cara al
futuro venidero. En cierta forma, para tener mejores empresas, es decir,
socialmente responsables; éstas tienen que ser conducidas por personas formadas
bajo códigos éticos y morales que apunten en una misma dirección.
Desde allí, enfocamos la
construcción de la ética empresarial que requiere la sociedad presente y
futura; es un compromiso que se debe asumir desde la formación de la persona en
el seno del hogar, pasando por su aprendizaje social integral dentro de una
sociedad con una definición clara de su código de moralidad e instituciones y
empresas encaminadas a construir un mejor futuro. Hago énfasis en la necesidad de
evaluar la manera como se edifica la ética profesional en los centro de
enseñanza en Venezuela; donde su práctica mucha veces perjudica el ejercicio
del cargo; por esta razón es urgente la revisión personal sobre el “deber ser”
de las actitudes personales; en dicha
reflexión se debe evaluar el nivel de libertad de conciencia para actuar
individual y socialmente de forma auténtica, responsable, honesta y
equilibrada.