EL AHORRO PERSONAL COMO
CATALIZADOR DEL BIENESTAR FINANCIERO
POR RAFAEL GARCÍA
Previo
a desarrollar el vértice de ésta disertación, se hace patente la necesidad de
traer a colación algunos bosquejos teórico-conceptuales, para explicar el significado del tema central de la
presente exposición; iniciaremos aclarando el concepto de ahorro, para el
autor, “es la parte o porción del ingreso que no destinamos al consumo y
decidimos reservar para un proyecto futuro”, éste puede ser un viaje, la compra
de un bien, la formación profesional propia o de los hijos entre otros. También,
es considerado, un hábito financiero que permite materializar planes o sortear
dificultades económicas sin necesidad de incurrir en deudas. Es un hecho
concreto, cuya importancia trasciende la cantidad que se destina para tal fin,
sino más bien, resalta la disciplina necesaria para la práctica de la actividad
cuyo método más efectivo es apartar la cantidad establecida antes de iniciar
las compras de los bienes y servicios, teniendo en cuenta, la elaboración
previa de un presupuesto de ingresos y gastos.
Son variadas las actividades que podemos considerar como
ahorro, es decir, no es exclusiva su relación con la parte del ingreso que
dejamos de gastar. Se puede ahorrar, evaluando detenidamente la necesidad
cierta o no de adquirir un determinado bien; por ejemplo, un segundo vehículo,
otro televisor, una suscripción a Netflix; a su vez, la compra de un seguro (como
el HCM) para el grupo familiar bajo la óptica de algunas particularidades puede
ser considerada una modalidad de ahorro; otro ejemplo, sería racionar el
consumo de los servicios como la electricidad, agua, teléfono o la compra de productos
usados para cubrir una necesidad. Los casos referidos constituyen modalidades
de ahorro que pueden ponerse en práctica dentro del grupo familiar.
El hábito del ahorro constituye una apuesta hacia un mejor
futuro. En este sentido, los gobernantes deben considerar como prioritario establecer
políticas públicas encaminadas a preservar el poder adquisitivo de la moneda,
de manera, que el ingreso personal y familiar propicien la práctica del ahorro
financiero con la finalidad de incrementar el flujo monetario interno. Es
igualmente importante, que dichas políticas fortalezcan la inversión económica para
mantener control sobre fenómenos como la
inflación y devaluación. En este sentido, el ahorro, es el abono que fecunda la
semilla del emprendimiento y la inversión empresarial; a su vez, también brinda
oxígeno para el desarrollo del gasto público que se realiza con el objetivo de
mejorar la eficiencia y productividad.
El ahorro es uno de
los principales catalizadores de la salud y el bienestar financiero; el primer
concepto está relacionado con la correcta administración de las finanzas personales;
mientras el segundo, considera alcanzar las condiciones necesarias para reducir
el estrés financiero. El bienestar financiero, es definido por la banca de inversión
CAF (Corporación Andina de Fomento; 2020), como “el estado en el cual una
persona puede satisfacer plenamente sus obligaciones financieras actuales y en
curso, puede sentirse segura de su futuro financiero y es capaz de tomar
decisiones que le permitan disfrutar de la vida”. Para su alcance son necesarias
una serie de capacidades o competencias, las cuales incluyen conocimientos,
habilidades y actitudes que pueden ser alcanzadas con una adecuada educación
financiera. El bienestar financiero constituye, en opinión de los
representantes de la organización antes mencionada, complementos a la salud
física, social y emocional de las personas.
El bienestar financiero se obtiene con una adecuada
planificación de las finanzas personales combinada con la disciplina de
cultivar buenos hábitos; de nada vale obtener altos niveles de ingresos sin la
capacidad del administrarlos eficientemente. El bienestar financiero se cultiva
con la práctica del ahorro y un adecuado nivel de educación financiera que
permita a las personas tomar decisiones informadas acerca de la administración
de su dinero en cada ciclo de vida. Conocer el bienestar financiero de las
personas es importante, ya que puede aportar información acerca de su salud,
relaciones familiares y sociales, así como, su productividad laboral; aspectos
que se constituyen en desafíos a superar para una sociedad con intensión de
mejorar su crecimiento y desarrollo.