LA RESPONSABILIDAD SOCIAL, DECISIÓN VOLUNTARIA DE UNA GERENCIA
INTELIGENTE.
Por:
Rafael García
La organización actual en
Venezuela requiere de una gerencia inteligente con capacidad de
implementar estrategias, basadas en el aprendizaje, que les permita convertirse
en dinámicas, creativas y responsables; favoreciendo la implementación modelos
organizativos que encuentren en la incertidumbre y el caos, las condiciones
para crear una constante innovación que se reflejen en mejoras en la cadena de
valor empresarial; esto es solo posible, con una correcta gestión del
conocimiento que tenga entre sus objetivos, el crecimiento profesional y humano
de su personal, la construcción
de una ciudadanía corporativa sustentada en la ética y la colaboración, y la preservación
de las condiciones medioambientales que garanticen su sostenibilidad para las generaciones
futuras. En este sentido, los gerentes de las empresas nacionales deben asumir
de manera voluntaria su incorporación al cumplimiento de la ciudadanía
corporativa como parte del nuevo contrato social que garantice el crecimiento
de la sociedad de forma conjunta.
La gerencia debe ser entendida como la capacidad
humana para orientar, dirigir, decidir y obtener resultados; empleando recursos
y talentos, teniendo una visión de futuro. Para su ejercicio exitoso es
necesario contar con una adecuada formación profesional, manejo de emociones,
una filosofía administrativa y de la concepción del hombre clara; además, debe
apoyarse con ideologías de trabajo que le permitan ganar apoyo efectivo y
comprometido con su gestión. Partiendo de estos argumentos, el autor incorpora
el término de gerencia inteligente como una modalidad basada en la gestión del
conocimiento que permitan en su ejercicio superar las brechas dejadas por los
viejos paradigmas y crear modelos mentales que reconozcan la complejidad de la
realidad para avanzar como sociedad a un mundo sustentable y más humano. Un
gerente inteligente reúne las competencias de formación, es capaz de manejar
sus emociones y las de sus subordinados, es agente de cambio social como
timonel de la conducta y ética de su empresa.
Como parte de sus funciones está la conformación de un
nuevo contrato social basado en el desarrollo de la ciudadanía corporativa, que
tenga como prioridades el reconocimiento de las mejoras en condiciones
laborales del personal a su cargo como estrategia de desarrollo del
aprendizaje, la creatividad, la innovación; es decir, el estableciendo cultura organizacional que estimule el
aprendizaje, la resolución inmediata de conflictos; implementando herramientas
que favorezcan el diálogo, el respeto y tolerancia. A su vez, incluye la mejora
del bienestar mediante el cumplimiento del derecho a la educación, salud y
seguridad de su grupo de colaboradores pero también de la sociedad, con la cual
puede contribuir con su apoyo financiero (filantropía) y profesional para
superar los obstáculos que impiden a los ciudadanos mejorar su calidad de vida.
Pero, es importante, su integración al cumplimiento del desarrollo sustentable
como garantía para las generaciones futuras.
La práctica del buen
gobierno constituye la base para mejorar la cadena de valor en una sociedad que
poco a poco incorpora la imagen que la empresa comunica a través de su ética
para demandar sus productos y servicios; A su vez, la gerencia inteligente, integra
a la visión y misión empresarial su estrategia de responsabilidad social
voluntaria como parte del nuevo contrato social que permita avanzar hacia la
construcción de una organización más humana, que mantenga explícitos los valores y objetivos promulgados globalmente, que pueda
reinventarse de forma constante en la medida que logre estructurar indicadores
que oriente la gestión y establezca una sólida comunicación de crisis. En un
mundo cada vez más unido por las redes sociales, se demandan nuevas formas de
liderar y gerenciar, que tengan como prioridad cohesionar al mundo y no
dividirlo.
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