martes, 26 de octubre de 2021

FINANZAS PERSONALES

 TODOS DEBEMOS ELABORAR UN PRESUPUESTO FINANCIERO PERSONAL

Por: Rafael Antonio García G.

La administración eficiente de nuestro dinero es una responsabilidad individual que no podemos evadir, aun en los casos, que un tercero asuma esa función. Es fundamental mantener el control, empleando mecanismos de información que faciliten el seguimiento tanto de los ingresos o entradas como de los egresos o desembolsos; esta práctica establece, firmemente, el compromiso con el futuro desde las perspectivas personal y familiar; confiando en nuestras capacidades para el desarrollo de la mejor calidad de vida. Teniendo en cuenta lo señalado, quiero iniciar una secuencia de post en los cuales explicaré los beneficios de los principales instrumentos financieros que son necesarios para iniciarnos en la administración eficiente del dinero; para de esa forma, ampliar nuestra educación financiera personal, parte esencial de la educación integral que todos requerimos. Comenzaré disertando acerca de un mecanismo de planificación y control financiero denominado presupuesto financiero personal como primer paso en el desarrollo de conocimientos y capacidades financieras; este instrumento puede definirse como una estructura que permite proyectar o estimar la cantidad de ingresos y egresos para un lapso de tiempo prospectivo con la finalidad de determinar el nivel de cobertura de las necesidades establecidas para un grupo familiar (o persona) como indispensables para su normal crecimiento. También, puede servir como estrategia para alcanzar objetivos específicos como la adquisición de bienes, la realización de un viaje, ahorrar, la educación de los hijos, entre otros.

Los planteamientos de esta primera exposición intentan explicar la importancia de la elaboración del presupuesto financiero personal, una vez, asumida la responsabilidad de las finanzas personales; entendiendo que es un proceso de aprendizaje continuo cuyo objetivo es empoderar a los ciudadanos de las capacidades financieras necesarias para su crecimiento personal y cuya labor todos  debemos emprender, creando un movimiento sinérgico que trascienden desde la economía del grupo familiar hasta la cultura de la sociedad. El presupuesto financiero personal funciona de forma similar que el presupuesto de caja o cash flow, muy utilizado a nivel empresarial como medio de planificación de liquidez. En ambos casos, se estructura un plan financiero que registra por separado los ingresos esperados y los egresos a cancelar para un lapso de tiempo (por lo general un mes, trimestre, semestre, año); permitiendo, con anterioridad a su ocurrencia, definir la cantidad de dinero disponible y los compromisos que son necesarios cubrir para el desarrollo de nuestras actividades cotidianas; es decir, lo que se espera gastar en alimentos, servicios, entretenimiento, formación entre otros.

Para la elaboración de un presupuesto financiero personal es imprescindible tener conocimientos contables básicos; que orienten la labor de ordenamiento y clasificación de las cuentas atendiendo a ciertos principios que rigen la racionalidad de las operaciones dentro de la disciplina. Aunque, son muchos los que se atreven a mostrar modelos de presupuestos financieros personales, en mi opinión, es necesaria la mentoría personalizada que convierta, dicha labor, en una experiencia educativa enriquecedora; cuya práctica periódica permita la retroalimentación y no se pierda la motivación de su realización cuando surjan dificultades. En consecuencia, la labor presupuestaria operacionaliza los objetivos financieros personales, un requisito adicional que justifica el acompañamiento, dichos objetivos son únicos y exclusivos para cada persona por lo que se deben establecer estrategias encaminadas a cumplirlos teniendo en cuenta la realidad particular.

El presupuesto financiero personal debe realizarse de forma ininterrumpida a lo largo de tiempo para alcanzar dos grandes objetivos. El primero, atiende a la definición de las cuentas de ingresos y gastos, así como su ordenamiento; como se señaló con anterioridad, para cada persona son únicos. Sólo con la práctica constante de la función presupuestaria es posible identificar la totalidad de las cuentas que podemos utilizar, especialmente, en el reglón de gastos que serán siempre más variados llegando a identificarse aquellos que se tiene para cierto tiempo como sucede con los gastos navideños; conociendo con claridad la estructura de los gastos se pueden eliminar aquellos que se consideren innecesarios. El segundo objetivo, guarda relación con valores como la disciplina y responsabilidad para el cumplimiento de lo establecido en el presupuesto; ya que es necesario utilizarlo como una guía de actuación que debe orientar la dirección en el uso del dinero estableciendo parámetros de movilidad con fines preestablecidos pero con la flexibilidad suficiente para que no se convierta en una camisa de fuerza que obstaculice el crecimiento financiero personal.

Son variados los aprendizajes que logramos a partir de la continua elaboración de un presupuesto financiero personal, entre los más significativos podemos mencionar:

1.  Reconocer el valor de la educación financiera como proceso de formación de aprendizajes para la administración eficiente del dinero, entiendo que dicho recurso es un medio indispensable para nuestro desarrollo personal, teniendo en cuenta su necesidad para actividades esenciales como lo son: el cuidado de la salud, la adquisición de bienes, la educación personal y del grupo familiar, entre otros.

2.  La importancia de la planificación personal, especialmente, la relacionada con la generación y uso del dinero, a  partir de los objetivos y metas que fijemos para el desarrollo de nuestras vidas.

3.  La definición y práctica de valores personales que nos enriquezcan  como seres humanos, contribuyendo con el desarrollo de la sociedad; en este sentido, los valores como la superación, disciplina, responsabilidad, autonomía, solidaridad entre otros son fundamentales.   

4.  Conocer nuestros comportamientos en el uso del dinero; esto es significativo, ya que con regularidad asumimos distintas posturas ante situaciones relacionas con la disponibilidad de liquidez. Por lo general, somos impulsivos para las compras, derrochadores en condiciones de abundancia de dinero, inventamos excusas para no ahorrar, austeros para la inversión entre otros casos.        

      Los planteamientos realizados intentan sensibilizar acerca de la importancia de la práctica del presupuesto financiero personal; en este sentido, considero necesario realizar mi aporte para a la elaboración de un plan financiero de esta naturaleza, por ello, para el próximo post expondré a partir del uso de una hoja del cálculo Excel un presupuesto personal donde se consideran los conceptos contables desde el ámbito de las finanzas personales con la finalidad de los interesados puedan utilizarlo pero más importante adaptarlo a su realidad financiera particular; a la cual puedo ayudar en condición de mentor si tiene el agrado de contactarme. 

miércoles, 6 de octubre de 2021

DESCARGAS

 

 LIBROS EN DIGITAL PARA DESCARGAR

    El presente apartado es una oferta de libros en digital que cualquier interesado que revise el presente blogs pueda descargar sin costo alguno. Estas obras, las he obtenido desde la web en el desarrollo de mis actividades académicas y profesionales; me han sido de mucha utilidad y espero que también pueda serlo para cualquier otra persona que necesite su consulta. Los interesados sólo deben activar la palabra descargar.  

Área de conocimientos: Política y Sociedad

AUTOR(ES)

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Elizabeth Kolbert

La sexta extinción. Una historia nada natural

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Steven Levitsky y Daniel Ziblatt

Cómo mueren las democracias

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Yuval Noah Harari

De animales a dioses

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Área de conocimientos: Desarrollo Personal

AUTOR(ES)

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Frankl Viktor

El Hombre en Busca de Sentido

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Howard Garner

Teoría de las Inteligencias Múltiples

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María Rojas Estapé

¿Cómo Hacer que te Pasen Cosas Buenas?

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Robin Sharma

El Monje que Vendió su Ferrari

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lunes, 5 de julio de 2021

FINANZAS PERSONALES

 LA NUEVA VISIÓN DE LA EDUCACIÓN FINANCIERA EN EL CONTEXTO DE UNA ECONOMÍA DIGITAL

Por Rafael Antonio García G.

        Desde la perspectiva personal, hoy más que antes, son mayores las responsabilidades de los ciudadanos en la toma de decisiones relacionadas con el uso de su dinero, teniendo en cuenta que los recursos financieros son esenciales para mejorar su calidad de vida; cumplir satisfactoriamente con actividades como la compra de alimentos y servicio, la adquisición de una casa o vehículo, disponer para disfrutar unas vacaciones, la cobertura de gastos médicos, crear un fondo para el emprendimiento o el retiro de la actividad laboral; solo por nombrar algunas, dependen de la correcta administración de los ingresos; dicho aprendizaje sólo se obtiene a través de procesos de educación financiera personal. Este tema lo tratamos en un post anterior, pero quiero en esta oportunidad ampliar las argumentaciones ya que es fundamental administrar eficientemente las finanzas personales por sus implicaciones a nivel individual, familiar, psicológico, conductual y social; incluso se ha considerado determinante en el comportamiento de la economía mundial. Definiremos educación financiera, tomando la publicada por la Organización para la Cooperación Económica (citado en López, 2021) en sus recomendaciones para el año 2020, que señala: “es la combinación de conciencia, conocimientos, competencias, actitudes y comportamientos necesarios para adoptar buenas decisiones financieras y, en último término, alcanzar el bienestar financiero individual”; aspecto que luego resumen Rhybe y Kelly (citado en Cárdenas y col., 2020) señalando que constituyen el conjunto de capacidades financieras necesarias para tomas buenas decisiones y alcanzar el bienestar financiero.

        En opinión de Mejías (2021), “una ciudadanía mejor educada en temas económicos y financieros no solo puede contribuir al mejor funcionamiento de la economía, sino también a que las políticas públicas sean más efectivas. Al empoderar a las personas para que tomen decisiones más informadas, se incrementa la probabilidad de que dichas decisiones sean mejores”; además, permite a los ciudadanos la comprensión y uso de la terminología especializadas, la realización de cálculos esenciales para sus principales operaciones, el manejo de información para contratar productos y servicios financieros; así como también, evaluar detalladamente las necesidades de compra para minimizar sus efectos compulsivos. La educación financiera es un catalizador que mejora la inclusión financiera por lo que se aminoran sus efectos sobre indicadores como la pobreza y la expansión de las operaciones financieras internas; teniendo ambos factores incidencias en la desigualdad social y la estabilidad económica. Los procesos de educación financiera introducidos en cada etapa de desarrollo cognitivo de las personas coadyuva a la formación de ciudadanos con mayor bienestar financiero; así como de los consecuentes beneficios en la salud física, emocional y social.  

        El advenimiento de la economía digital caracterizada por progresos continuos en las tecnologías de información y comunicación (TICs); así como los avances en inteligencia artificial y la internet de las cosas ofrecen nuevos retos a los procesos de educación financiera; asimismo, las tecnologías disruptivas: mejoran las oportunidades para la interacción entre cliente-instituciones, aumentan las  operaciones financieras a través de distintos dispositivos, favorecen la inclusión de la población, se crean nuevos negocios y emprendimientos, aumenta el acceso a la información entre otras ventajas. En opinión de la Comisión Económica para la América Latina (2013), la economía digital es “un facilitador cuyo desarrollo y despliegue se produce en un ecosistema caracterizado por la creciente y acelerada convergencia entre diversas tecnologías, que se concreta en redes de comunicación (redes y servicios, redes fijas-móviles), equipos de hardware (móviles multimedia 3G y 4G), servicios de procesamiento (computación en la nube) y tecnologías web (Web 2.0)”. Por su parte, Bukht y Heeks (citado en ONU, 2019), expresan que la economía digital “es parte de la producción económica deriva exclusiva y primordialmente de las tecnología digitales con un modelo de negocios basados en bienes o servicios digitales”. El término se atribuye a Don Taspcott quien en 1995, publica el libro “economía digital: Promesa y peligro en la era de la inteligencia en redes”; su obra proclamó el nacimiento de una nueva realidad económica signada por la inmediatez, la promoción de ambientes de negocios volátiles, globales y competitivos que desencadenarían en un progresivo crecimiento del conocimiento; gracias al valor agregado del trabajo mental.

        La educación financiera en el contexto de una economía digital considera las ventajas que se desprende de ambos constructos manteniendo presente los riesgos inherentes de su funcionalidad. Como característica, resalta el acceso en tiempo real a un mercado global moderador de los sueños profesionales de las generaciones actuales; que favorece las interacciones cliente-instituciones bajo una visión crítica; que en opinión de Pérez (2019) está cambiando  los significados de conceptos como el trabajo, la felicidad, el dinero; su resultado es la reconfiguración ética de la sociedad hacia posturas inclinadas al cuidado del medio ambiente. En consecuencia, irrumpe en el escenario una educación financiera digital como el seudónimo para empoderar de capacidades financieras a las nuevas generaciones cuyas características muestran marcadas diferencias con sus predecesores; los procesos de formación deben enfocarse en el estudio de mercados complejos con sistemas de conexión a escala global que utilizan sistemas monetarios digitales de alta volatilidad, riesgo y poco respaldo que obligan a sus demandantes al manejo de mayor cantidad de información y su seguimiento constante. Ante esta realidad, es fundamental para el ciudadano la creación de un plan de educación financiera que considere los elementos del ecosistema de la economía digital en los cuales se mezclan trabajo digital, identidad virtual, convivencia con robots, mayor inclusión, ciudadanía global, entre otros.

REFERENCIAS

Cárdenas S.; Cuadros P.; Estrada C. y Mejías D. (2020). Determinantes del bienestar financiero. Determinantes para América Latina. Disponible: https://scioteca.caf.com/bitstream/handle/123456789/1617/Determinantes_del_bienestar_financiero_evidencia_para_Ame%cc%81rica_Latina.pdf?sequence=8&isAllowed=y. [Consulta: 2021, junio 28].

 Comisión Económica para la América Latina (2013). Economía digital para el cambio estructural y la igualdad. Disponible: https://www.cepal.org/es/publicaciones/35408-economia-digital-cambio-estructural-la-igualdad. [Consulta: 2021, junio 24].

López J. (2021). Bienestar financiero y salud financiera. Disponible: https://todosonfinanzas.com/bienestar-financiero-y-salud-financiera/. [Consulta: 2021, junio 30]. 

Mejías D. (2021). ¿Cómo está la inclusión y educación financiera América Latina?. Visiones. Banco de Desarrollo de América Latina. Disponible: https://www.caf.com/es/conocimiento/visiones/2021/05/como-estan-la-inclusion-y-educacion-financiera-en-america-latina/. [Consulta: 2021, junio 20].

Organización de las Naciones Unidas (2019). Informe sobre economía digital 2019. Creación y captura de valor: repercusión para los países en desarrollo. Disponible: https://unctad.org/system/files/official-document/der2019_es.pdf.  [Consulta: 2021, junio 28].

Pérez A. (2019). Hacia una nueva educación financiera. Disponible: https://www.bbva.com/es/hacia-una-nueva-educacion-financiera/. [Consulta: 2021, junio 30].




domingo, 4 de julio de 2021

 

LA NUEVA VISIÓN DE LA EDUCACIÓN FINANCIERA EN EL CONTEXTO DE UNA ECONOMÍA DIGITAL

Por Rafael Antonio García G.

        Desde la perspectiva personal, hoy más que antes, son mayores las responsabilidades de los ciudadanos en la toma de decisiones relacionadas con el uso de su dinero, teniendo en cuenta que los recursos financieros son esenciales para mejorar su calidad de vida; cumplir satisfactoriamente con actividades como la compra de alimentos y servicio, la adquisición de una casa o vehículo, disponer para disfrutar unas vacaciones, la cobertura de gastos médicos, crear un fondo para el emprendimiento o el retiro de la actividad laboral; solo por nombrar algunas, dependen de la correcta administración de los ingresos; dicho aprendizaje sólo se obtiene a través de procesos de educación financiera personal. Este tema lo tratamos en un post anterior, pero quiero en esta oportunidad ampliar las argumentaciones ya que es fundamental administrar eficientemente las finanzas personales por sus implicaciones a nivel individual, familiar, psicológico, conductual y social; incluso se ha considerado determinante en el comportamiento de la economía mundial. Definiremos educación financiera, tomando la publicada por la Organización para la Cooperación Económica (citado en López, 2021) en sus recomendaciones para el año 2020, que señala: “es la combinación de conciencia, conocimientos, competencias, actitudes y comportamientos necesarios para adoptar buenas decisiones financieras y, en último término, alcanzar el bienestar financiero individual”; aspecto que luego resumen Rhybe y Kelly (citado en Cárdenas y col., 2020) señalando que constituyen el conjunto de capacidades financieras necesarias para tomas buenas decisiones y alcanzar el bienestar financiero.

En opinión de Mejías (2021), “una ciudadanía mejor educada en temas económicos y financieros no solo puede contribuir al mejor funcionamiento de la economía, sino también a que las políticas públicas sean más efectivas. Al empoderar a las personas para que tomen decisiones más informadas, se incrementa la probabilidad de que dichas decisiones sean mejores”; además, permite a los ciudadanos la comprensión y uso de la terminología especializadas, la realización de cálculos esenciales para sus principales operaciones, el manejo de información para contratar productos y servicios financieros; así como también, evaluar detalladamente las necesidades de compra para minimizar sus efectos compulsivos. La educación financiera es un catalizador que mejora la inclusión financiera por lo que se aminoran sus efectos sobre indicadores como la pobreza y la expansión de las operaciones financieras internas; teniendo ambos factores incidencias en la desigualdad social y la estabilidad económica. Los procesos de educación financiera introducidos en cada etapa de desarrollo cognitivo de las personas; en opinión de García (2020) “ayuda a los niños a comprender el valor del dinero y la necesidad del ahorro, a los jóvenes a prepararse para su independencia mediante la adquisición de activos, y a los adultos a seleccionar adecuadamente sus inversiones teniendo en cuenta los niveles de riesgo; así como también, la planificación de su retiro o jubilación”. 

El advenimiento de la economía digital caracterizada por progresos continuos en las tecnologías de información y comunicación (TICs); así como los avances en inteligencia artificial y la internet de las cosas ofrecen nuevos retos a los procesos de educación financiera; asimismo, las tecnologías disruptivas: mejoran las oportunidades para la interacción entre cliente-instituciones, aumentan las  operaciones financieras a través de distintos dispositivos, favorecen la inclusión de la población, se crean nuevos negocios y emprendimientos, aumenta el acceso a la información entre otras ventajas. En opinión de la Comisión Económica para la América Latina (2013), la economía digital es “un facilitador cuyo desarrollo y despliegue se produce en un ecosistema caracterizado por la creciente y acelerada convergencia entre diversas tecnologías, que se concreta en redes de comunicación (redes y servicios, redes fijas-móviles), equipos de hardware (móviles multimedia 3G y 4G), servicios de procesamiento (computación en la nube) y tecnologías web (Web 2.0)”. Por su parte, Bukht y Heeks (citado en ONU, 2019), expresan que la economía digital “es parte de la producción económica deriva exclusiva y primordialmente de las tecnología digitales con un modelo de negocios basados en bienes o servicios digitales”. El término se atribuye a Don Taspcott quien en 1995, publica el libro “economía digital: Promesa y peligro en la era de la inteligencia en redes”; su obra proclamó el nacimiento de una nueva realidad económica signada por la inmediatez, la promoción de ambientes de negocios volátiles, globales y competitivos que desencadenarían en un progresivo crecimiento del conocimiento; gracias al valor agregado del trabajo mental.

La educación financiera en el contexto de una economía digital considera las ventajas que se desprende de ambos constructos manteniendo presente los riesgos inherentes de su funcionalidad. Como característica, resalta el acceso en tiempo real a un mercado global moderador de los sueños profesionales de las generaciones actuales; pero que a la vez, favorece las interacciones cliente-instituciones bajo una visión crítica; que en opinión de Pérez (2019) está cambiando  los significados de conceptos como el trabajo, la felicidad, el dinero; su resultado es la reconfiguración ética de la sociedad hacia posturas inclinadas al cuidado del medio ambiente. En consecuencia, irrumpe en el escenario una educación financiera digital como el seudónimo para empoderar de capacidades financieras a las nuevas generaciones cuyas características muestran marcadas diferencias con sus predecesores; los procesos de formación deben enfocarse en el estudio de mercados complejos con sistemas de conexión a escala global que utilizan sistemas monetarios digitales de alta volatilidad, riesgo y poco respaldo que obligan a sus demandantes al manejo de mayor cantidad de información y su seguimiento constante. Ante esta realidad, es fundamental para el ciudadano el desarrollo de un plan de educación financiera que considere los elementos que se agregan como resultado de la economía digital en ecosistemas que mezclan trabajo digital, identidad virtual, convivencia con robots, mayor inclusión, ciudadanía global entre otros.

 

REFERENCIAS

Cárdenas S.; Cuadros P.; Estrada C. y Mejías D. (2020). Determinantes del bienestar financiero. Determinantes para América Latina. Disponible: https://scioteca.caf.com/bitstream/handle/123456789/1617/Determinantes_del_bienestar_financiero_evidencia_para_Ame%cc%81rica_Latina.pdf?sequence=8&isAllowed=y. [Consulta: 2021, junio 28].

 

Comisión Económica para la América Latina (2013). Economía digital para el cambio estructural y la igualdad. Disponible: https://www.cepal.org/es/publicaciones/35408-economia-digital-cambio-estructural-la-igualdad. [Consulta: 2021, junio 24].

 

García R. (2020). Estrategias para el desarrollo de competencias financieras personales. Trabajo de investigación no publicado.  Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora (UNELLEZ), Barinas. 115 pp.

 

López J. (2021). Bienestar financiero y salud financiera. Disponible: https://todosonfinanzas.com/bienestar-financiero-y-salud-financiera/. [Consulta: 2021, junio 30]

 

 Mejías D. (2021). ¿Cómo está la inclusión y educación financiera América Latina?. Visiones. Banco de Desarrollo de América Latina. Disponible: https://www.caf.com/es/conocimiento/visiones/2021/05/como-estan-la-inclusion-y-educacion-financiera-en-america-latina/. [Consulta: 2021, junio 20].

 

Organización de las Naciones Unidas (2019). Informe sobre economía digital 2019. Creación y captura de valor: repercusión para los países en desarrollo. Disponible: https://unctad.org/system/files/official-document/der2019_es.pdf.  [Consulta: 2021, junio 28].

 

Pérez A. (2019). Hacia una nueva educación financiera. Disponible: https://www.bbva.com/es/hacia-una-nueva-educacion-financiera/. [Consulta: 2021, junio 30].

lunes, 31 de mayo de 2021

FINANZAS PERSONALES

 CÓMO DIFERENCIAR ENTRE EDUCACIÓN Y CULTURA FINANCIERA

Por: Rafael Antonio García G.

Con frecuencia al abordar temas referidos a la formación financiera nos encontramos con dos constructos que diversos autores tratan en su definición como similares incluso sinónimos; estos son: educación financiera y cultura financiera. Aunque son claras las diferencias semánticas, queremos en el presente post señalar los argumentos relevantes que los distinguen para mejorar su estudio y comprensión; ya que son componentes esenciales de las finanzas personales. La educación financiera en opinión de Rojas (citado en Garzón y col., 2020) “es el proceso mediante el cual las personas van adquiriendo formación e información para desarrollar conocimientos propios que les permitan analizar las oportunidades y tomar decisiones financieras asertivas, de manera que puedan mejorar su calidad de vida y el bienestar de su entorno”; constituye la vía expedita para empoderar a los ciudadanos de conocimientos prácticos para manejar sus finanzas. La educación financiera ayuda a los niños a comprender el valor del dinero y la necesidad del ahorro, a los jóvenes a prepararse para su independencia mediante la adquisición de activos, y a los adultos a seleccionar adecuadamente sus inversiones teniendo en cuenta los niveles de riesgo; así como también, la planificación de su retiro (García, 2020).

        La educación financiera a juicio de importantes instituciones como la Organización para el Desarrollo y Cooperación Económica (ODCE) es parte de la formación integral del ciudadano; teniendo en cuenta las responsabilidades crecientes que deben asumir en la administración de su dinero para la mejora del bienestar personal y la calidad de vida. Por otra parte, cuando nos referimos a cultura financiera, tratamos con los conocimientos que permite a las personas y las familias, desarrollar al máximo sus facultades para la administración de su dinero; además, de facilitar la toma decisiones informadas en el empleo del recurso. El constructo agrega el componente cultura, antropológicamente, comprende el sistema de ideas, creencias, valores, costumbres, hábitos, conocimientos, aptitudes, modos de vida y características en común, adquiridos por una persona o un grupo social en particular y trasmitido de una generación a otra; considera el complejo de relaciones construidas de forma conjunta entre los miembros de una sociedad que generan un universo de significados que pueden variar a lo largo del tiempo. En este sentido, la cultura financiera son significados sociales compartidos referentes al uso del dinero; aceptándose el hecho, que las decisiones financieras de las personas no son no son completamente racionales pues poder ser influenciadas por aspectos del entorno, emociones, edad, entre otros (Carangui y col., 2017)

    Una ciudadanía educada financiera y económicamente genera una mayor cultura financiera; esta situación contribuye, no sólo, a que las personas puedan tomar mejores decisiones, sino también, a mejorar el funcionamiento de la economía y la puesta en práctica de políticas públicas más efectivas (Mejías, 2021). En este sentido, dedicaremos el presente post a explicar con detalles los beneficios de la cultura financiera, ya que en una publicación anterior, abordamos el tema de la educación financiera. La cultura financiera, en el plano individual y familiar, orienta las decisiones de consumo, ahorro,  inversión y financiamiento; teniendo en cuenta, que dichas actividades se deben planificar con bases en las necesidades particulares; así como también, seleccionar opciones que mejor se adapten al perfil de riesgo (López, 2016). Con bases es los argumentos anteriores, ayuda a las personas con escasos ingresos a optimizar el uso de su dinero, estableciendo prioridades ante la cobertura de necesidades, así como también, para  acceder a mejores oportunidades de financiamiento. Asimismo, ayuda a personas con mayor disponibilidad de ingresos a utilizar inteligentemente el dinero ante estrategias de mercado que invitan, constantemente, al consumo compulsivo y la selección de inversiones que prometen grandes ganancias sin realizar esfuerzos.     

     Con respecto a los beneficios de la cultura financiera en el funcionamiento de la economía; se puede señalar que permite proyectar ciudadanos responsables, ordenados y formados para tomar decisiones en el transcurso de su vida;  cultivando el ahorro y la gestión controlada de su dinero. Estas cualidades proporcionan facultades para discernir y tomar una posición frente a las decisiones sociales y económicas que ejecutan los gobernantes en sus países. En este escenario, se evitarían circunstancias como las sufridas durante la crisis financiera del 2008 donde se evidenció la falta de conocimientos y el poco manejo de información; generando la pérdida de ahorros, empleos y bienes inmuebles. La cultura financiera desarrolla el espíritu crítico en las personas ampliando sus esquemas de pensamiento y creencias referidos al uso del dinero, especialmente, aquellos que limitan su acción para el emprendimiento y la inversión; asimismo, contribuye a reducir los niveles de endeudamiento que se presenta muy elevados en algunas sociedades, victimas, de  una exacerbada mentalidad consumista (Millan, 2012)    

 REFERENCIAS

 

García R. (2019). Estrategias para el desarrollo de competencias financieras personales. Trabajo de investigación no publicado.  Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora (UNELLEZ), Barinas. 115 pp.

 

Garzón E.; Osorio E.; Tarquino O.; Vega L. (2020); Cultura financiera como factor de incidencia en la elección de productos de inversión y ahorro en Colombia. Disponible: https://repository.ean.edu.co/bitstream/handle/10882/10247/Garz%F3nEdgar2020?sequence=1. [Consulta: 2021, abril 29].

 

Carangui P; Garbay J.; Valencia B. (2017). Finanzas personales: la influencia de la edad en la toma de decisiones financieras. Disponible: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6297480. [Consulta: 2021, abril 29].

 

López J.; Las finanzas personales, un concepto más allá de su estructura estado del arte período 2006-2016. Trabajo de investigación no publicado para optar el título de MBA. Universidad EAFIT. Disponible: https://repository.eafit.edu.co/bitstream/handle/10784/11784/LopezGarcia_JuanCarlos_2017.pdf?sequence=2. [Consulta: 2021, abril 23].

 

Mejías D. (2021). ¿Cómo está la inclusión y educación financiera América Latina?. Visiones. Banco de Desarrollo de América Latina. Disponible: https://www.caf.com/es/conocimiento/visiones/2021/05/como-estan-la-inclusion-y-educacion-financiera-en-america-latina/. [Consulta: 2021, abril 20].

 

Millán J. (2012). Cultura financiera, el agobio de nuestros tiempos. Ensayo de opinión. Faculta de administración, Universidad del Rosario. Disponible: https://www.academia.edu/2255357/Ensayo_Cultura_Financiera_El_Agobio_De_Nuestros_Tiempos_. [Consulta: 2021, abril 20].

domingo, 30 de mayo de 2021

FINANZAS PERSONALES

 DIFERENCIAS ENTRE EDUCACIÓN Y CULTURA FINANCIERA

Por: Rafael Antonio García G.

Con frecuencia al abordar temas referidos a la formación financiera nos encontramos con dos constructos que diversos autores tratan en su definición como similares incluso sinónimos; estos son los términos: educación financiera y cultura financiera. Aunque son claras las diferencias semánticas, queremos en el presente post señalar los argumentos relevantes que los distinguen para mejorar su estudio y comprensión; ya que son componentes esenciales de las finanzas personales. La educación financiera en opinión de Rojas (citado en Garzón y col., 2020) “es el proceso mediante el cual las personas van adquiriendo formación e información para desarrollar conocimientos propios que les permitan analizar las oportunidades y tomar decisiones financieras asertivas, de manera que puedan mejorar su calidad de vida y el bienestar de su entorno”; constituye la vía expedita para empoderar a los ciudadanos de conocimientos prácticos para manejar sus finanzas. La educación financiera ayuda a los niños a comprender el valor del dinero y la necesidad del ahorro, a los jóvenes a prepararse para su independencia mediante la adquisición de activos, y a los adultos a seleccionar adecuadamente sus inversiones teniendo en cuenta los niveles de riesgo; así como también, la planificación de su retiro (García, 2020).

        La educación financiera a juicio de importantes instituciones como la Organización para el Desarrollo y Cooperación Económica (ODCE) es parte de la formación integral del ciudadano; teniendo en cuenta las responsabilidades crecientes que deben asumir en la administración de su dinero para la mejora del bienestar personal y la calidad de vida. Por otra parte, cuando nos referimos a cultura financiera, tratamos con los conocimientos que permite a las personas y las familias, desarrollar al máximo sus facultades para la administración de su dinero; además, de facilitar la toma decisiones informadas en el empleo del recurso. El constructo agrega el componente cultura, antropológicamente, comprende el sistema de ideas, creencias, valores, costumbres, hábitos, conocimientos, aptitudes, modos de vida y características en común, adquiridos por una persona o un grupo social en particular y trasmitido de una generación a otra; considera el complejo de relaciones construidas de forma conjunta entre los miembros de una sociedad que generan un universo de significados que pueden variar a lo largo del tiempo. En este sentido, la cultura financiera son significados sociales compartidos referentes al uso del dinero; aceptándose el hecho, que las decisiones financieras de las personas no son no son completamente racionales pues poder ser influenciadas por aspectos del entorno, emociones, edad, entre otros (Carangui y col., 2017)

 Una ciudadanía educada financiera y económicamente genera una mayor cultura financiera; esta situación contribuye, no sólo, a que las personas puedan tomar mejores decisiones, sino también, a mejorar el funcionamiento de la economía y la puesta en práctica de políticas públicas más efectivas (Mejías, 2021). En este sentido, dedicaremos el presente post a explicar con detalles los beneficios de la cultura financiera, ya que en una publicación anterior, abordamos el tema de la educación financiera. La cultura financiera, en el plano individual y familiar, orienta las decisiones de consumo, ahorro,  inversión y financiamiento; teniendo en cuenta, que dichas actividades se deben planificar con bases en las necesidades particulares; así como también, seleccionar opciones que mejor se adapten al perfil de riesgo (López, 2016). Con bases es los argumentos anteriores, ayuda a las personas con escasos ingresos a optimizar el uso de su dinero, estableciendo prioridades ante la cobertura de necesidades, así como también, para  acceder a mejores oportunidades de financiamiento. Asimismo, ayuda a personas con mayor disponibilidad de ingresos a utilizar inteligentemente el dinero ante estrategias de mercado que invitan, constantemente, al consumo compulsivo y la selección de inversiones que prometen grandes ganancias sin realizar esfuerzos.     

 

Con respecto a los beneficios de la cultura financiera en el funcionamiento de la economía; se puede señalar que permite proyectar ciudadanos responsables, ordenados y formados para tomar decisiones en el transcurso de su vida;  cultivando el ahorro y la gestión controlada de su dinero. Estas cualidades proporcionan facultades para discernir y tomar una posición frente a las decisiones sociales y económicas que ejecutan los gobernantes en sus países. En este escenario, se evitarían circunstancias como las sufridas durante la crisis financiera del 2008 donde se evidenció la falta de conocimientos y el poco manejo de información; generando la pérdida de ahorros, empleos y bienes inmuebles. La cultura financiera desarrolla el espíritu crítico en las personas ampliando sus esquemas de pensamiento y creencias referidos al uso del dinero, especialmente, aquellos que limitan su acción para el emprendimiento y la inversión; asimismo, contribuye a reducir los niveles de endeudamiento que se presenta muy elevados en algunas sociedades, victimas, de  una exacerbada mentalidad consumista (Millan, 2012)    

 

           

REFERENCIAS

 

García R. (2019). Estrategias para el desarrollo de competencias financieras personales. Trabajo de investigación no publicado.  Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora (UNELLEZ), Barinas. 115 pp.

 

Garzón E.; Osorio E.; Tarquino O.; Vega L. (2020); Cultura financiera como factor de incidencia en la elección de productos de inversión y ahorro en Colombia. Disponible: https://repository.ean.edu.co/bitstream/handle/10882/10247/Garz%F3nEdgar2020?sequence=1. [Consulta: 2021, abril 29].

 

Carangui P; Garbay J.; Valencia B. (2017). Finanzas personales: la influencia de la edad en la toma de decisiones financieras. Disponible: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6297480. [Consulta: 2021, abril 29].

 

López J.; Las finanzas personales, un concepto más allá de su estructura estado del arte período 2006-2016. Trabajo de investigación no publicado para optar el título de MBA. Universidad EAFIT. Disponible: https://repository.eafit.edu.co/bitstream/handle/10784/11784/LopezGarcia_JuanCarlos_2017.pdf?sequence=2. [Consulta: 2021, abril 23].

 

Mejías D. (2021). ¿Cómo está la inclusión y educación financiera América Latina?. Visiones. Banco de Desarrollo de América Latina. Disponible: https://www.caf.com/es/conocimiento/visiones/2021/05/como-estan-la-inclusion-y-educacion-financiera-en-america-latina/. [Consulta: 2021, abril 20].

 

Millán J. (2012). Cultura financiera, el agobio de nuestros tiempos. Ensayo de opinión. Faculta de administración, Universidad del Rosario. Disponible: https://www.academia.edu/2255357/Ensayo_Cultura_Financiera_El_Agobio_De_Nuestros_Tiempos_. [Consulta: 2021, abril 20].

lunes, 24 de mayo de 2021

CALIFICACIONES

  CALIFICACIONES DEL SEMESTRE ACADÉMICO 2021-I


LICENCIATURA EN ADMINISTRACIÓN

SUBPROYECTO: ADMINISTRACIÓN FINANCIERA II

SECCIÓN M01

lunes, 1 de marzo de 2021

GERENCIA Y ADMINISTRACIÓN

 

LA GERENCIA EN SU TRÁNSITO HACIA LA POSTMODERNIDAD

Por Rafael Antonio García G.

La gerencia, como actividad esencialmente humana, modula en la transitoriedad desde un paradigma marcado por la racionalidad científica característico de la modernidad, a otro impregnado de complejidad, denominado postmodernismo, propio de la sociedad del conocimiento determinado por movimientos como: La globalización, el uso las tecnologías de información y comunicación, así como del reconocimiento de la importancia del ser humano. Su concepción está unida a la creación de las ciencias administrativas a partir de los estudios de Taylor y Fayol (inicios del siglo XX), en un momento histórico impregnado de cientificidad y pensamiento positivista; de allí que sus primeras narrativas estuvieran signadas por lo real, objetivo, con orientación pragmática, preocupada por la eficacia, el lucro y el afán de la competitividad. Dos eventos, precedieron el nacimiento de la modernidad y la gerencia como disciplina del conocimiento; acontecidos en el llamado siglo de las luces (XVIII): La ilustración y el nacimiento de la Revolución Industrial.  

 La gerencia surge en tiempos de modernidad con el propósito exclusivo de dirigir, los gerentes, poseen los conocimientos científicos y puede actuar con criterios racionales, ello le permite transformar la naturaleza y producir los bienes deseados para la vida humana. También, los individuos dentro de las organizaciones, responden a leyes naturales, por lo que si se logran manipular algunas condiciones primarias pueden producirse comportamientos esperados. La cientificidad y el domino de la razón era la condición que distinguía a los gerentes y los facultaba para dirigir a otras personas de menor comprensión. Durante la modernidad se desarrolla una visión fuerte del pensamiento racional con valores claros, una organización jerarquizada con líneas de mando verticales en forma piramidal; bajo la ética de la obediencia y el sujeto disciplinado. Las organizaciones debían funcionar con precisión y rigidez; es decir, como máquinas finamente diseñadas para lograr la máxima eficiencia.

El tránsito de la modernidad a la posmodernidad se inicia a mediados del siglo XX con la ruptura epistemológica de nuestra forma de entender la realidad, desde el plano teórico-filosófico; se reconoce que la lógica racional prevaleciente en las ciencias formales no era capaz de abarcar todo el conocimiento que podía ser percibido; a su vez, se acepta que no existen verdades absolutas y pueden haber diversidad de explicaciones para determinados fenómenos. Desde el plano empírico-fáctico; se produce un cambio de la concepción del capital hacia el poder del conocimiento, la relevancia de la información y la concreción de los valores que dignifican al ser humano como eje central del proceso empresarial; se plantea una visión humanista de la organización. La postmodernidad asume el pensamiento desde una postura sistémico-complejo-ecológica; sintetiza un momento histórico donde la sociedad se caracterizada por un reinante caos e incertidumbre en sus diversos escenarios.

La gerencia de la postmodernidad transita por un paradigma que reconoce la complejidad como una nueva forma de concebir la realidad, pensarla y repensarla desde una visión integradora, pero también, implica estar abierto a la práctica de un liderazgo participativo que involucre las opiniones del personal, clientes, colaboradores, la comunidad, el gobierno entre otros; es decir, una multiplicidad de saberes que se corresponden con la transdisciplinariedad. La gerencia es un medio que permite realizar transformaciones en todos los ámbitos, para lograrlo requiere el óptimo desarrollo del talento humano en actividades relacionadas con su creatividad, innovación, competitividad, participación e integración; esto es posible, cuando su trabajo se convierta en una labor gratificante. La transformación organizacional que supone la postmodernidad implica el desmoronamiento del paradigma mecanicista para dar paso a las convicciones de autonomía e indivisibilidad del ser humano, aspecto que comparte la gerencia, cuya naturaleza dialógica obliga a responsabilizarse por sus acciones frente sus empleados, inversionistas, el ambiente; así con la sociedad presente y futura.    

FINANZAS PERSONALES

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