EMPRESAS, GOBIERNO Y SOCIEDAD: TRES PILARES SOBRE LOS QUE SE LEVANTA LA
RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL
Por:
Rafael García
La responsabilidad social
empresarial constituye la estrategia de gestión mediante la cual la
organización contemporánea garantiza la sostenibilidad financiera, social y
ambiental en el tiempo, mediante la práctica de acciones que mejoran el
comportamiento ético y las relaciones con la sociedad; representa una ruptura
con los esquemas gerenciales de máximos rendimientos y la respuesta para
garantizarle a las generaciones futuras el disfrute de las riquezas naturales
del planeta. Pero esta función no puede cumplirse de forma aislada, es
necesaria la incorporación de los gobiernos a través de sus funciones
legislativas y contraloras, mediante el establecimiento del marco legal
necesario para fomentar las prácticas responsables; pero que también cumplan. A
su vez, debe existir una sociedad civil educada y organizada para exigir a los
pilares anteriores el cumplimiento de la responsabilidad social empresarial; en
este sentido, se propone mecanismos para que se activen estos tres pilares y se
generen los beneficios que en materia de RSE generarían para el país.
El cumplimiento de la
responsabilidad social empresarial descansa en tres pilares fundamentales las
empresas, el gobierno y la sociedad; cada uno cumple una importante función sin
la cual no es posible avanzar y en Venezuela se tienen grandes debilidades en
cada uno de ellos. Sin ánimo de señalar un orden de importancia porque son
esenciales como conjunto iniciaremos la discusión por las organizaciones; La
RSE exige el cumplimiento de prácticas responsables que contribuyan a mejorar
las condiciones de vida de la población y el cuidado del medio ambiente pero
esto es solo posible siempre que la empresa mantenga su sostenibilidad
financiera; por ello, los directivos debe incorporar a su estrategia de
negocios; en consecuencia, la práctica del buen gobierno favorece la
construcción de una organización más humana que incorpore la formación y el
respeto como valores fundamentales.
La ciudadanía corporativa constituye
el esfuerzo de la gerencia por mejorar las condiciones laborales, de
remuneración, capacitación e integración necesarias para el desarrollo del
talento humano; por ello, la directiva empresarial debe materializar en hechos
programas encaminados a encauzar las políticas en el reconocimiento de los derechos
de los trabajadores no como obligación, sino como estrategia que estimule la
motivación y participación activa de los trabajadores hacia el logro de los
objetivos organizacionales. A su vez, como práctica responsable, los directivos
deben comprometerse a la producción de bienes y servicios que generen
beneficios reales a sus consumidores, ejemplos que pudieren materializar estos
cambios sería: El uso de materia prima de calidad, que dichos insumos y
derivados no generen contaminación al medioambiente; y cumplan con la
satisfacción que promete por los medios publicitarios.
Es igualmente importante, para las
organizaciones, la comunicación efectiva de sus programas de RSE; en este
sentido, debe fomentarse la obligatoriedad de presentación de los informes de
sostenibilidad ante las instancias gubernamentales y supranacionales que
garanticen su incorporación plena a la práctica responsable; en correspondencia
con lo anterior, seleccionar un medio de difusión con el cual comunicar a la
colectividad los alcances y beneficios que genera; en este instante, es muy
importante el diseño del mensaje. Una buena comunicación, esencial para crear
lealtad entre los consumidores, quienes respaldaran con su demanda la actitud
responsable de la organización pero también la castigaran cuando su
comportamiento no este ajustado a las exigencias de responsabilidad necesarias
en la actualidad.
Otro elemento que se espera cumplan
las organizaciones, es el cuidado al medioambiente; en consecuencia se exige,
el adecuado uso de los recursos mediante criterios de sustentabilidad; las
prácticas responsables, incorporan el adecuado tratamiento a las aguar
servidas, desperdicios, ahorro de energía, reciclaje o reutilización; es decir,
mantener un balance adecuado con el cuidado y preservación del ambiente ya que
las prácticas poco responsables son la causa primordial del efecto invernadero
y el calentamiento global. Por último, deben las organizaciones respaldar el
crecimiento de la sociedad mediante su aporte filantrópico o mediante la
experiencia profesional de su talento humano para mejorar los múltiples
problemas que enfrenta la población y las comunidades; esta contribución es
esencial para incrementar la sostenibilidad social de la empresa.
El segundo pilar lo constituye el
gobierno, como rector en la ejecución de las políticas y regulaciones públicas,
debe esta figura generar la iniciativa para la formulación de leyes y reglamentos
a través del poder legislativo con el cual se establezcan las directrices para
el cumplimiento de la RSE en nuestro país- A su vez, mediante sus instancias
supervisoras y contraloras ser vigilante que se cumplan. La función del
gobierno es de suma importancia, ya que a través del poder que le confiere la
constitución y las leyes puede crear las instancias sobre la cual funcione un
estado responsable que predique con el ejemplo el cumplimiento de la ciudadanía
corporativa, con la cual se beneficie la sociedad en general. La mejora de la condición social de la
población será resultado de la actuación responsable del gobierno en su
exigencia de la ética empresarial.
Un gobierno responsable solicitará
al poder legislativo la estructuración de regulaciones que mejoren las
condiciones humanas, sociales y medioambientales de la organización privada
pero también propiciará la creación de empresas del segundo y tercer sector,
que basen su desarrollo el crecimiento del bienestar social. A su vez, creará
las condiciones que favorezca el nacimiento de empresas del cuarto sector como
medio para equilibrar el desarrollo fiscal como medio de sustento
presupuestario y la sostenibilidad financiera que constituye la base para el
crecimiento empresarial en largo plazo. Pero es fundamental, para un gobierno
responsable, que dentro de sus instituciones se cumpla con las disposiciones,
que en materia de RSE, se incorporen como parte del contrato social con la
clase trabajadora y estos se sientan identificados con las acciones realizadas.
El tercer pilar lo
conforma la sociedad con formación suficiente para exigir los cambios que
promete la RSE para todos. Es necesario un ciudadano educado y socialmente
sensible ante la realidad mundial especialmente en relación al tema de la
sostenibilidad del planeta. Es la sociedad en conjunto quien debe propiciar los
cambios necesarios cuando los representantes del gobierno se inclinen de lado del
mejor postor, son los ciudadanos, con su acciones la fuerza que permita que se genere
el nuevo contrato social con el cual garantizar la sostenibilidad financiera de
las empresas; porque de su aprobación dependerá el comportamiento de la demanda
de los productos y servicios que estas ofrecen. Es necesaria una sociedad
activa que exija mejoras tanto a la organización como la gobierno; al primero,
como parte de su función filantrópica y profesional; al segundo, con la
creación de regulaciones que pretenden mejoras en los beneficios colectivos en
el largo plazo.